Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos Revelas tu amor, nos abrazas Como a tus hijos y nos ofreces la Posibilidad de Descubrir, en tu voluntad, los Rasgos de nuestro verdadero rostro.

Santo Padre, Tú nos llamas A Ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino para el encuentro contigo.

Padre misericordioso, da una extraviada la Humanidad, Mujeres y hombres, que, con el testimonio de una vida transfigurada, la imagen de tu Hijo, caminen alegremente con todos los demás hermanos y hermanas hacia la patria celestial.

Padre nuestro, con la voz de tu Espíritu Santo, y confiando en la Intercesión materna de María, te pedimos ardientemente: manda a tu Iglesia sacerdotes, que sean testimonios valientes de tu infinita bondad.

Amén!

María Madre de Jesús y de cuantos PARTICIPAN de su misterio sacerdotal, acudimos a ti como hijos que acuden A su Madre. Ya no somos niños, sino adultos que de todo corazón DeSean ser hijos de Dios.

Nuestra condición humana es débil, por eso Venimos a suplicar tu ayuda maternal para sobreponernos Conseguir una Debilidades nuestras. Ruega por nosotros, para que, una vez nuestra, PODAMOS ser personas de oración.

Invocamos tu Protección para poder Permanecer libres de todo pecado.

Invocamos Tu amor para que el amor Pueda reinar, y nosotros PODAMOS ser compasivos y Capaces de perdonar.

Invocamos tu bendición para que nuestros sacerdotes PUEDAN ser como la imagen de tu Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Amén!

Señor Jesús, te pido por tus sacerdotes. Que Cuando hayan sufrido algún clavados en la cruz del confesionario, pongas en ellos tu corona de luz en vez de tu corona de espinas. Cuando Que, día a día, te traigan al pan convertido en tu cuerpo, ello no se les vuelva rutina, sino diario milagro.

Que su trato con las almas del mar para siempre dejar en ellas el amor y el valor Tú que nos entregas. Cuando jóvenes Que, Tengan la fortaleza de tus últimos tres años Cuando y viejos, sigan sintiendo que "Dios alegra su juventud".

Que espíritu viviente en carne y hueso, sean como tú, humanos y divinos Profundamente perfectamente. Que Cuando el desánimo y la debilidad los agobien en el camino de su calvario, estés Tú, como Cirineo, para llevarles la Cruz y volvérselas Gozo.

¡Y que nunca falte quien de la vida por ellos, Así Como Tú la diste por nosotros!

Amén!